Estamos
en "Territorio Notre Dame",
como dice Germán Aburto, signo sagrado para los que lo aman. Hoy, estuvimos en él.
Un
nuevo pedacito en la historia se ha escrito luego de la emocionante
presentación de la premiada obra de "Los Tres Príncipes" el día
viernes 7 de diciembre. Un regalo al legado del Padre Polain. Misión cumplida
muchachitos...
Todos
entregando el máximo de su competencia,
si no, poniéndose a la altura de
cualquiera circunstancia. Siempre ser mejor. Nos vencimos en fin a nosotros
mismos. Sin ser actores debió cuidarse él que lo es... Un Notre Dame le pisaba
los talones...
Con
alegría conquistamos nuevamente la añorada cumbre. Sonreímos en los aprietos
que no fueron pocos. Navegamos contra vientos y mareas. Con entusiasmo y
determinación nos sobrepusimos a las dificultades. A eso le llamamos carácter.
Un pueblo entusiasta y perseverante que con su actitud arrastraba a todo el elenco. Sin ellos quizás hubiéramos quedado a la deriva del camino...Notables apoderadas que con sus encantos y competencias pusieron sus talentos a merced de la función. En el canto coral, en el diseño y la creatividad.
Un pueblo entusiasta y perseverante que con su actitud arrastraba a todo el elenco. Sin ellos quizás hubiéramos quedado a la deriva del camino...Notables apoderadas que con sus encantos y competencias pusieron sus talentos a merced de la función. En el canto coral, en el diseño y la creatividad.
Valiosos
juglares que con su alegría y convicción nos llevaron por esos caminos de
ensueños. Panchote, Panchina y Juancha, que pese a un esguince previo dijo rengueando
presente con, sin o contra. Sus compañeros la trasladaban en andas para su
actuación. Emocionante. Cautivador. Fraterno de verdad. A eso le llamamos
lealtad.
Jóvenes, chiquillos jugando a soñar. Príncipes viajeros cumplid vuestra misión que a los 15 años...cantaba la melodía. Mimos dibujando figuras de galaxias, cometas y estrellas. Capitaneado por Marcelo, ex alumno en comunión...
Una
corte compuesta por remotas generaciones que con actitud y compromiso retribuyeron al
llamado de nuestro querido director. Jamás restarse al que les dio todo en su ocasión.
Al final un presente. Un regalo quijotesco para un eterno y notable soñador.
Al termino de la actuación, un vendaval de emociones. En un escenario ya vacío, se escuchaban copias de
parlamentos arriba de tarimas. A niños
de las nuevas generaciones presentes entonando el pregón de la venta de
cebollas. Ovejas y joyas..
Hemos
ojalá sembrado una pequeña semilla que germinará más adelante. Así se hace con la expresión, el canto, la
danza, la cultura del Notre Dame.
Gracias
a todos, ahora es tiempo de agradecer. De auto critica. De la evaluación. Del
aquí y allá.
Adiós,
feliz Navidad
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